Leyendas prehispanicas

El flechador del sol. Hace mucho tiempo, existía una ciudad llamada Achiutla,

una ciudad en el imperio Mixteca, en ella vivía un joven llamado Tzauindan.

Un dia Tzauindan se percato que su ciudad estaba demasiado poblada, ya no existía espacio para mas personas pero día con día nacían mas niños, al ver esto decidió ir a buscar nuevas tierras donde se pudiera expandir su ciudad, decidió a luchar por ellas si era necesario.
Después de algunos días por fin lleguo a lo que parecía el lugar perfecto para expandir su ciudad. Busco y busco pero no encontró nada que pudiera ser un problema, después de buscar decidió sentarse a descansar, cuando estaba descansando comenzó a sentir los rayos del sol, estos eran tan fuertes que eran insoportables, en ese momento se dio cuenta que aquellas tierras le pertenecían al sol y que tendría que luchar por ellas. Sin pensarlo dos veces alzo su arco y comenzó a lanzar flechas en dirección al sol, después de un rato el sol comenzó a descender.Leyendas prehispanicas Tzauindan tomo un descanso, después de un tiempo noto que el sol seguía descendiendo y el cielo comenzaba a mirarse rojo, al ver esto entendió que una de sus flechas había logrado hacerle daño al sol y que lo rojo en el cielo era su sangre. Decidió a terminarlo comenzó de nuevo a lanzar flechas hasta que el sol se escondió detrás de las montañas.

La leyenda del conejo. Hace muchos años, existía un pequeño conejo, este no estaba contento con su tamaño, el envidiaba a los animales más grandes y fuertes, siempre deseando ser como ellos, incluso ser más grande que el león y tal vez un día ser el rey.

Leyendas prehispanicasUn día el pequeño conejo iba saltando por el campo, en su camino se encontró al león y le dijo que admiraba su grandeza y hermosura, luego se fue saltando hasta llegar debajo de un árbol, luego simplemente comenzó a llorar sin parar, al escuchar esto la lechuza que vivía en el árbol le pregunto que tenia, a lo que el conejo le contesto que lloraba por ser tan pequeño, él deseaba ser grande, la lechuza le dijo que visitara al dios de los animales.
El pequeño conejo comenzó su viaje para visitar al dios de los animales, una vez que llego le pidió de favor que si lo podía hacer más grande, este le contesto que lo haría más grande solo si para el día siguiente podía traer la piel de una serpiente, un mono y un cocodrilo. El pequeño conejo salió corriendo a buscar las pieles. Primero fue con el cocodrilo y le pidió que si le podía prestar su piel a lo que el cocodrilo le contesto que si, y así paso con el mono y la serpiente.
Al día siguiente regreso con el dios de los animales, este sorprendido al ver que había conseguido las pieles, le dijo que solamente le agrandaría las orejas para que pudiera escuchar mejor a sus enemigos, el pequeño conejo al ver sus nuevas orejas y la hermoso que se miraba, se fue contento a regresar las pieles. En su camino se encontré al león, quien le dijo que admiraba su hermosura y sus orejas.

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