Leyendas del dia de muertos

En la comunidad del Cerro viejo vivió un matrimonio que

nunca se ponía de acuerdo para realizar la ya famosa celebración del día de los muertos. En un primer momento la señora quería que su fiel marido matara a un cerdo para la ofrenda, sin embargo el marido no aceptó, ya que no quería matar a un inocente animal, alegando a su favor que los muertos jamás podrían volver y no podrían degustar la carne de cerdo.
Sin embargo, el hombre, un buen día se fue a trabajar, Y mientras estaba trabajando en la mina empezó a escuchar unas tenebrosas voces, asustado dejó de picar, Tan grande fue su asombro que afirmó haber escuchado a varios espiritus de difuntos hablar entre ellos.
El hombre preso del pánico salió corriendo hacia su casa y le explicó a la mujer lo que había ocurrido. Según el marido los muertos le decían que a algunos les habían ofrendado velas, chocolate, pan, pero que a otros no les habían ofrecido nada, y que por esa sencilla razón tendría que cocinar al marrano.
Algunos ciudadanos explican en su versión que cuando el hombre intentó amarrar al cochino, este dio un giro sobre sí mismo y cayó encima del pobre hombre, el cual murió por asfixia. Desde aquel día el espíritu de ese hombre anda penando por ese mismo lugar.

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Por las noches en los montes de estado de México pueden apreciarse bolas de fuego que van saltando de árbol a árbol mientras van avanzando sigilosamente hasta llegar al propio pueblo.
Sin embargo, lo que realmente cuenta es que muy cerquita del pueblo de San Juan en México, un hombre iba conduciendo su camión por la carretera, ya era de noche, de pronto llegó a chocar contra una mujer, y el espíritu de ésta le atravesó totalmente el cuerpo.
El individuo quedó muy confuso, tanto por el golpe como por lo que habían visto sus ojos, de pronto bajó del camión para intentar socorrerla y ayudarla en la medida de lo posible, sin embargo cuando bajó lo único que encontró en el lugar del accidente fue un murciélago negro.
Lo cogió y decidió llevarlo a una veterinaria, lo puso en la parte trasera del camión, que era donde tenía el remolque y donde tenía toda la carga. A los pocos minutos de emprender la marcha empezó a escuchar unos cuantos golpes en la parte trasera del camión, frenó en seco para ver qué era lo que estaba pasando.
Bajó de la cabina y al abrir el portón de carga el ruido paró de sopetón, se había escapado el murciélago y en su lugar apareció el cuerpo de una mujer muerta. El camionero no pudo contener lo que estaba