y algunas islas pequeñas, yunuen es una de esas islas tersa y limpia, ahí en la isla de yunuen vivía hace mucho tiempo una princesa joven alegre y de mirada larga se llamaba Apunda. Todas las mañanas salia a nadar, Apunda estaba enamorada del lago amaba, el lago también la quería y le mandaba olas ligeras, a si transcurrían los días pacíficos en yunuen en el corazón del lago. Un día las águilas del bosque amigas fieles de Apunda contemplaron al volar un grupo de feroces guerreros que marchaban con dirección al lago eran los emisarios de un rey lejano que estaba enamorado de Apunda quería hacerla su esposa costara lo que costara y los habia mandado a llevársela, cuando las águilas se dieron cuenta volaron hasta yunuen para poner a la bella Apunda sobre aviso era preciso encontrar una manera de burlar a los guerreros terribles que marchaban decididos a todo, Apunda sintió un gran sobre salto se desconcertó y temió por su felicidad pero pronto se sobre puso y con mucha confianza fue hablar con el lago y le explico lo que pasaba estuvieron hablando toda la tarde los peces y las águilas los escuchaban dispuestos apoyarlos, finalmente cuando caía la noche el lago le dijo Apunda ya se lo que aremos vístete de blanco con tus mas ligeros encajes espera a que salga la luna y rema en tu canoa para alejarte de la isla y entonces salta y nada hasta el fondo para que llegues a mi corazón y no temas ahí te estaré esperando, la joven tenia temor pero también tenia una certeza que no quería separarse jamás de su amado lago por eso se puso el mas hermoso vestido blanco inimaginable, remo de pie sobre la canoa y sin pensarlo mucho se arrojo a las aguas y desapareció bajo la superficie del lago, en el momento preciso en el que los feroces guerreros desembarcaban en yunuen para llevársela, todo parecía tranquilo el agua permanecía inmóvil y no habia rastro alguno de la joven enamorada solo a lo lejos se escuchaba los furiosos gritos de los guerreros desairados que no encontraban Apunda por mas que la buscaban, de pronto cuando los rayos de la luna hacían brillar las aguas silenciosas la superficie del lago se rompió y como un rayo brillante emergió volando Apunda convertida en garza, su amor habia sido tan grande y poderoso que consiguió el milagro, Apunda en forma de ave blanca se quedaría para siempre alado de su lago y desde entonces los ribereños pueden ver como todos los días sin faltar uno solo las garzas blancas sobre vuelan con elegancia la superficie del lago rozando el agua suavemente con las alas y todos se preocupan y cuidan mucho a las garzas de la región porque consideran que si algún día desaparecen el lago de Patzcuaro podrían morir de tristeza.