La llorona en Queretaro. Hace algunos años corrió la historia que
Una noche un joven transportista viajaba apresurado para intentar llegar a la siguiente caseta de cobro para poder descansar un tiempo antes de continuar su viaje, él iba acompañado de uno de sus amigos quien había pedido de favor que lo llevara con él para ahorrarse el costo del traslado de un camión de pasajeros. Eran como las 8 de la noche cuando de pronto a un costado de la carretera ambos jóvenes observaron a una mujer vestida de blanco caminando, ellos de inmediato decidieron detenerse y averiguar si algo malo ocurría, puesto que era normal encontrar personas en esa carretera debido a todos los poblados que se encontraban cerca. Cuando se detuvieron uno de los jóvenes comenzó hacer señas a la mujer pero esta no respondió y solamente continuo caminando, entonces uno de ellos decidió bajar y acercarse, pero al hacerlo aquella mujer voltio su mirada a las jóvenes, estos al ver su rostro macabro no dudaron en arrancar y salir a toda prisa dejando aquella mujer atrás mientras gritaban de miedo.
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Aun no crees en mi. Una noche en la ciudad de Oaxaca unos jóvenes caminaban por las calle rumbo a su casa luego de una noche de fiesta, en su camino varios de ellos comenzaron hablar sobre la leyenda de la llorona y las apariciones que habían ocurrido tiempo atrás en la ciudad, todos intentando demostrar que no tenían miedo hablaban con un tono burlesco.
Esto parece que no pasó desapercibido por los seres del mas allá, pronto llegaron a una esquina, donde comenzaron a escuchar el lamento de una mujer, ellos al intentar demostrar que no tenían miedo decidieron ir a ver qué ocurría y de donde provenían los lamentos, pero en el fondo todos temblaban de miedo. Cuando se acercaron al lugar de donde salían los lamentos, miraron a una extraña figura la cual comenzó acercarse a ellos, ellos de inmediato corrieron pero seguían escuchando los llantos justo detrás de ellos, pero nadie se atrevía a voltear atrás, asi pasaron varios cuadras hasta que por fin al llegar a una calle transitada dejaron de escuchar los lamentos.