Amor verdadero: Cuenta la leyenda que una vez existió un
Ella ya llevaba bastantes días en ese lugar, ya que tenía Alzheimer con un grado muy avanzado, por lo que era difícil que recordara cosas. El hombre apenas tenía preocupación, él solo tenía prisa por verla cada día y esperar a que ella se acordara de él, sabía que aunque él llegara tarde ella no se enfadaría.
El pobre hombre ya tenía asumido que su mujer a ratos no sabía ni quién era, confesó que hace más o menos 3 años la mujer ya no le reconocía, la enfermera le dijo, y ¿si ya no sabe quién es usted porque necesita venir a verla todas las mañanas para luego llevarse una desilusión tras otra?
El hombre respondió con firmeza, sinceramente, ella apenas sabe quién soy yo, pero yo sé perfectamente quien es ella, el hombre, conteniéndose las lágrimas que comenzaban a ponerle los ojos llorosos, dijo, el amor verdadero es mirar a esa otra persona con la que has compartido toda una vida y ver todo lo que es para ti y todo lo que significa, lo que ha sido, lo que es y lo que será, y es que a pesar de todo nada importa, tan solo el amor.
El águila y la gallina: En la cima de una montaña un guerrero indio vio un huevo de águila, este huevo estaba solo, asi que lo tomo y lo coloco junto a otros huevos que habia depositado otra gallina. Cuando pasaron unos días, los pollitos recién nacidos empezaron a salir de los huevos, y el águila pequeña también.
Poco a poco el aguilucho iba aprendiendo a cacarear, a escarbar en la tierra e incluso a buscar lombrices escalando por las ramas de los árboles más pequeños, justo lo que hacían los demás polluelos de la gallina, estaba siendo educada con todo el amor del mundo.
Poco a poco empezó a darse cuenta de que era similar a una gallina, pasaron los días, y el águila estaba mirando hacia arriba, era ya vieja, aunque gracias a su prodigiosa mente y todas las habilidades que había adquirido tuvo una visión especial.
Un enorme pájaro estaba sobre volando el cielo, como si no necesitara nada más que un simple esfuerzo para mantenerse en el aire, el águila estaba impresionada por completo y se voltio para hablar con la gallina que tenía al lado, le preguntó si sabía que pájaro era.
La gallina respondió, ese tipo de pájaro es un águila, es la reina de todos los cielos, pero tú no pienses en ella, nosotros somos terrestres, y nos toca vivir la vida con las patas en el suelo. El águila no tuvo más remedio que obedecer órdenes, y ya nunca más miró para arriba, acabó muriendo teniendo en la conciencia de que era una simple gallina, al fin y al cabo así había sido tratada siempre.