Esta botella de tequila, de principio de siglo perteneció a uno de los hombres mas nobles y cultos del bajío, Don Gregorio Martínez, quien supo vencer con su ingenio, al misterioso charro negro, que para algunos era la encarnación de la muerte misma.
El charro negro es un personaje que desde hace mucho tiempo, cabalga por los pueblos de México, la gente cuenta que cuando pasa una madrugada con su caballo negro, es que ya lleva en ancas un alma de algún difunto.
Muchas enfermeras lo vieron cuando en los hospitales aguardaba el fatal desenlace de algún accidente, lo que nadie esperaba era que alguien pudiera burlar al charro negro, pero con Don Gregorio , este jinete montado se encontró con la horma de su zapato. Don Gregorio era un hombre instruido, pero sobre todo era un hombre muy abusado, así que cuando su medico le dijo que ya había vivido suficiente, fraguo un plan para escapársele al famoso charro negro. 
Don Gregorio le encargo a sus proveedores desde la capital, una dotación del mejor tequila, la mejor música para la pianola y los mejores puros, lujos que se podía dar gracias a su fortuna amasada, tras años y años de trabajo, y se puso a esperar, no tubo que esperar mucho, como al mes al cumplirse el plazo que le había dado su medico, el charro negro se apersono en su casa, cuando Don Gregorio estuvo cara a cara con el famoso charro negro, ni por un momento le cruzo por la cabeza negarse a acompañar a su visitante, pero sabiendo de sus debilidades, le rogo que le permitiera tomarse un ultimo tequila, y le invito uno, he invitación que el jinete no pudo rechazar, y poco a poco entre los dos, acabaron con la dotación de tequila que Don Gregorio había traído de la capital, Don Gregorio sabia que si el charro negro se pasaba la noche sin llevárselo, por la mañana ya no lo pidió hacer, y si esto pasaba durante tres noches seguidas, el charro negro ya no tendría el poder para llevárselo, y solo el mismo don Gregorio y solo el mismo Don Gregorio podría establecer la fecha de su muerte, para la noche siguiente el charro negro llego decidido a todo, pero como Don Gregorio había leído de sus debilidades, en el preciso momento cuando el charro negro iba llevárselo al otro mundo, don Gregorio puso en la pianola uno de los vals mas gustados de aquel tiempo, y el charro ya no pudo contenerse, escucharon toda la noche y dicen que el jinete dio asta unos pasos de baile, pero esto a quedado solo entre Don Gregorio y su amigo el charro, y así fue como el charro perdió otra noche, pero ya no esta dispuesto a dejarse de nuevo a engañar, por eso Don Gregorio tubo que fraguar otro plan, aunque el charro negro tenia una enorme debilidad por los puros, 
Don Gregorio no estaba seguro si la caja de habanos que había mandado a traer fueran tentación suficiente para aquel espectro, Don Gregorio sabiendo que el charro negro le temía al canto del gallo, había escondido uno debajo del sillón, y cuando el intento llevárselo, despertó al gallo, y el canto del gallo ahuyento al jinete, y dice la gente que avergonzado por su cobardía ya nunca más volvió a importunar a Don Gregorio.
Don Gregorio vivió muchos años más y solo se despidió del mundo cuando quiso, dejando un huevo en el corazón de todos los lugareños, cuentan que algunas noches el mismísimo Charro negro bajaba a visitar a Don Gregorio para oír música fumarse un abanó y beber un caballito de tequila, porque la postre se convirtió en su amigo, pero eso ya forma parte de la leyenda del charro negro