Leyenda urbana de la víbora que come esqueletos. surgió durante
La gente iba pregonándolo por ahí, una víbora que comía todas las calaveras y esqueletos del panteón, era de aspecto feo y muy larga, además de peligrosa. Todo empezó cuando unos niños la vieron mientras limpiaban unas tumbas en el primer panteón de Linares, estaba dentro de una tumba abierta donde había un esqueleto ya casi descompuesto.
Los niños se asustaron y salieron corriendo para contárselo a sus padres, cuando ellos llegaron la víbora ya no estaba, y del esqueleto tampoco quedaba nada. Al día siguiente decidieron volver, y la vieron de nuevo, en otro ataúd, empezaron a tirarle piedras, pero ella parecía inmune a todo peligro que se le acercara, avisaron a la policía, para ver si ellos pudieran hacer algo, pero se metió debajo de un pozo y hasta día de hoy nadie ha vuelto a saber nada más de ella.