La leyenda de San Valentín comenzó a mediados del siglo III en el Imperio
El imperio romano estaba en crisis, sin embargo, el emperador pensó que todos los hombres que se habían casado rendían muchísimo menos en la batalla, en comparación con los solteros, por lo que el emperador Claudio prohibió el matrimonio a sus soldados.
Esta noticia no sentó nada bien a Valentín, que era el que más predicaba la palabra de Dios, sin embargo, empezó su andadura y practicaba ceremonias a escondidas para todos aquellos enamorados. Al final el emperador se enteró y detuvo a Valentín, lo envió a la cárcel y le hizo desprenderse de su fe con el cristianismo.

Durante las últimas semanas que le quedaban de vida, Valentín llevo a su hija a recibir lecciones, su hija era ciega pero tenía un buen corazón y le enseñó a ver el mundo de otra manera. Antes de morir Valentín le envió una carta a su hija, pidiéndole que estuviera siempre cerca de Dios, el día 14 de Febrero del año 270 Valentín murió.