Cuando Hernán Cortez viajo al continente americano, este
Un día doña María le pidió permiso para poder ir a un lago cercano de su campamento, Cortez al querer tenerla de su parte debido a que ella conocía los lenguajes de la región le concedió el permiso. Doña María acompañada por otras cuatro mujeres que también habían sido regaladas a los españoles. Al llegar al lago doña María comenzó a desnudarse para entrar al agua, ella nunca se percato que del otro lado del lago se encontraban los pobladores de un pueblo cercano.
Los pobladores al ver la belleza de María y al ver los diamantes que ella llevaba en su ropa pensaron que se trataba de una diosa, los pobladores se acercaron y le pidieron ayuda, necesitaban que ella descantara una montaña cerca de su pueblo a la cual le llamaban Malinche. Ella se negó y al ver la insistencia de los pobladores salió huyendo mientras ellos le gritaban Malinche. En el campamento Cortez se entero de lo que sucedía y mando a sus soldados ayudar a María. Al escuchar los soldados el nombre con la que los pobladores llamaban a María decidieron comenzar a llamarla con ese nombre.