En Cádiz, una ciudad de España, podemos encontrar una leyenda
La leyenda cuenta que cada vez que el padre se iba de viaje, la hija le pedía que le trajera un espejo. Poco a poco la hija iba creciendo, y también crecía su gran colección de espejos. La madre, al ver que el marido no le hacía tanto caso como a su hija, envenenó a su propia hija, para así captar toda la atención de su marido.
El marido, no estaba en casa cuando ocurrió tal cruel historia, no obstante, cuando llegó de uno de sus viajes, la madre le dijo que la hija había tenido una grave enfermedad y finalmente había fallecido. El arrepentimiento fue aumentando, hasta tal punto que confesó, gracias a los espejos que le decían al padre quien había sido la culpable de todo.
