Cuenta una vieja leyenda que data de la época colonial, sobre una historia que tiene que ver con un puente que se
situaba detrás del colegio de San Pedro y San Pablo, en la capital de la Nueva España. Todo comenzó con un antiguo señor que habitaba en una casona que ya era vieja para la época, el mismo se llamaba Don Santiago Améndola y vivía una vida extraña, poseía como mascota un cuervo que llevaba por nombre “El diablo”. Todas las noches había fiesta en la casa de este señor, a la misma acudía la peor calaña de la sociedad de la época, ladrones, asesinos, entre otros eran los acostumbrados concurrentes. Un día se armó una pelea en la casa de Don Santiago y hecho a todos a patadas de su casa, desde ese día nadie lo volvió a ver salir a la calle, pero desde afuera todos los días se podía oír al hombre discutiendo con un cuervo, gritos, blasfemias, insultos y graznidos se mezclaban todas las noches, los vecinos ya tomaron como normal esta situación, pero un día los gritos cesaron, luego de un tiempo algunos preocupados lugareños entraron a ver dentro de la casa pero no encontraron nunca más a Don Santiago, cuenta la leyenda que el cuervo se comió finalmente a su amo y luego voló por la ventana. Luego de dos años de este episodio comenzó a verse en el pueblo al cuervo que graznaba fuertemente durante toda la noche, molestando a los vecinos hasta que se hacían las 12:00 y las campanas de la iglesia lo espantaban.