Carlos un Joven profesionista había enviudado unos cuantos meses antes,
Amigo: ¿Qué tienes? Carlos ¿Qué tienes?
Carlos: Es que anoche no pude dormir
Amigo: pues yo creo que necesitas algo de ayuda, sí desde que tu mujer murió estás un poco tenso.
Carlos: la verdad es que no he podido olvidarla es que hay algo que nadie sabe esa noche del accidente por la noche Magda me pidió que revisara el coche que lo llevara al taller porque los frenos se sentían un poco mal, ese día lluvioso le mentí le dije que todo estaba bien pero el coche nunca lo revise mucho menos lo lleve a un taller, pero bueno lo demás ya lo sabes.
Amigo: Tranquilo hombre lo de Magda fue un accidente nada más
Carlos: Te cuento algo hace como dos días veía caer la lluvia y te lo juro una mujer muy parecida a Magda estaba de pie en la banqueta justo enfrente de la casa
Amigo: Ya hombre, mira esos cuentos de muertos es lo que menos necesitas
ahora mejor vámonos ya a casa a descansar como dicen por ahí dejar de llorar
a tus muertos porque sino ellos no pueden descansar. Mañana temprano
visitas su tumba Carlos, habla con ella si quieres pídele perdón yo creo que eso
te ayudara mucho.
Esa noche en medio de una tormenta Carlos trataba de dormir de repente algo lo hizo mirar a la ventana que da a la calle
Carlos: A donde ira esa mujer a estas horas y con el aguacero que esta cayendo
– Una mujer esbelta avanzaba hacia la cortina de agua iba sin paraguas con la cabeza inclinada al sentirse observada la mujer se fue acercando cada vez más a la ventana de Carlos hasta que estuvo lo suficientemente cerca como para dejar ver bien su rostro
Carlos: Pero no puede ser es ella es Magda, Tú pero si tu ya noe estas viva, como es posible tu ya no estas viva.
La mujer se detuvo junto a él casi toca la cara con su cristal y en su rostro blanco inexpresivo y terrorífico se dibujo una sonrisa siniestra
¡Carlos! ¡Carlos!
– Ella se acerco y una fuerza extraña azoto la ventana para abrirla de un solo golpe, la mujer entro levitando con un semblante en la cara de una palidez fantasmal los pies no le llegaban al suelo como si flotara en ese momento tendió los brazos.
¿Por que? Carlos ¿Por que? Lo hiciste
– Asustado como nunca Carlos quiso correr para alejarse de aquella presencia fantasmal la mujer lo tomo del brazo izquierdo, su terror fue tanto que callo desmayado
– A la mañana siguiente al salir de su casa camino al panteón para visitar la tumba de Magda y querer ver la hora se dio cuenta de que no tenía su reloj
Carlos: ¿Y mi reloj? De seguro lo olvide en algún lado.
– Al acercarse a la tumba algo llamo su atención, sobre la lápida donde reposan los restos de su esposa se hallaba el reloj extraviado y tallando en lapida un mensaje que se leía “No te he perdonado volveré, volveré“.