llego a la habitación numero 100 que lleva el nombre del aposento del fraile arrepentido, precisamente en honor a el se cuenta que el fraile llego ahí a confesar a un ladrón que traía un botín de coronas y joyas muy preciosas, le fue a confesar ese delito y otros mas, el ladrón se fue de la habitación dejando el botín pero, el fraile no pudo decir nada por lo mismo que fue una confesión, y fue acusado el fraile por ladrón y lo ahorcaron, muchos años estuvo colgado en la pared de la habitación, cuenta que los ojos del fraile mostraban donde estaba escondidas algunas coronas y después de un tiempo lo sacaron e hicieron una pintura de el, donde la colgaron en un museo y cuentan que al ver la pintura se siente una sensación muy extraña como si los estuviera observando por el lado en que lo vean.