Se cuenta que antes de la llegada de la serpiente emplumada (Quetzalcóatl), los
Los aztecas fueron a hablarle de este problema al Dios Quetzalcóatl (para los mayas era Kukulcán) y les respondió que el mismo les traería el maíz. Quetzalcóatl llego hasta donde se encontraba el maíz tras enormes dificultades supero todo obstáculo pensando en su pueblo y las necesidades que ellos tenían de alimentación. El Dios se había transformado en hormiga para lograr pasar las montañas y trajo consigo mismo un grano de maíz que les entrego a sus hambrientos indígenas. Los aztecas sembraron la semilla y de esta manera obtuvieron maíz y así se volvieron más fuertes y comenzaron a construir ciudades, palacios y templos y así vivieron felices gracias a la ayuda de un Dios amigo de los hombres.