Cuenta la leyenda que había un hombre encargado de cuidar a sus cabras, el mismo tomó la decisión de dejarlas que ellas coman de una planta que se encontraba en la parte
de atrás de su jardín, lo que sucedía con esta es que parecían ser moras lo que daba, más no lo eran, se trataba de algo muy diferente y las cabras al comerlo se ponían totalmente exaltadas, entonces él se encontraba sin entender nada de lo que ocurría y entonces tomó un poco de ello que había en la planta para llevarlo a la iglesia y que le den una respuesta de por qué ponía así a los animales, el sacerdote tiró estas dentro de un jarrón y las puso al fuego, luego intentó beber lo que tenía dentro que era como un sopa, lo probó y le parecía horrendo, entonces lo que hizo fue tirar los frutos directamente al fuego, lo que sucedió fue que largaron un aroma espléndido y todos adoraron ese olor, lo siguiente fue tomar los granos que ya estaban tostados y ahí mismo volvió a preparar la infusión, cuando terminó de colarla la bebieron y les pareció que su sabor había cambiado, les encantó y además les dio mucha energía.
