Con este cuchillo se cometió uno de los peores crímenes durante los años que siguieron a la caída de México Tenochtitlán, dio origen a una de esas leyendas que casi todos nosotros conocemos,
La leyenda de la llorona en la conquista de Hernán Cortés
Una vez concluida la conquista cortes repartió entre sus soldados bienes y riquezas que pertenecieron a los mexicas y para cimentar sus fuerzas, caso a varios de sus capitanes con mujeres de la nobleza indígena, Doña Sol Goodman la hija de uno de los caciques más poderosos del valle de México y le fue entregada en matrimonio a Don Alonzo de Contreras, gracias a su padre a Doña sol jamás le faltaron sirvientes y mano de obra indígena para levantar su palacio, sin embargo Don Alonzo guardaba un secreto que jamás le había confesado a doña sol, el secreto era Que antes de partir a la nueva España don Alonzo se había casado con doña Elvira rica y heredera de una gran fortuna defendía la vida misma de sus padres, tras 5 años de matrimonio y tras la llegada de dos hijos nada parecía alterar la vida de matrimonio, fue entonces cuando una misiva vino a trastornar toda su vida.
Doña Elvira gracias a las influencias de su familia, había obtenido el permiso para viajar a la nueva España a reunirse con su esposo, aquella noche Don Alonzo no durmió, habilo una y otra vez entorno a los prófugos contras de su decisión, rechazar a su primera esposa significaría el abandono de su familia y perder todo los privilegios que hasta ese momento había ganado. Don Alonzo había fraguado un plan y se lo contó a Doña Sol, además de confesarle la terrible verdad, que el estaba casado con una dama de Arcunia a la que su familia le debía todo pero que una vez que llegara a México el debía arreglar la muerte de su mujer y así quedar libre, doña sol horrorizada por la locura de su esposo decidió marcharse de la casa, cuando doña Elvira llego a la ciudad, Doña sol ya había huido con sus hijos para refugiarse en un pequeño jacal que se encontraba en las afueras de la ciudad, Doña Elvira se entero de la otra mujer de su esposo de sus hijos y de cómo Doña sol había tenido que marcharse de su casa y como ella nunca había tenido hijos, se le ocurrió una terrible idea.
Mucho antes de que don Alonzo pudiera poner en practica el plan, doña Elvira le dijo a su esposo lo que sabia, le hablo de Doña Sol, de los hijos que había tenido con ella y del deseo de quedarse con ellos para cuidarlos como si fueran sus propios hijos, a la mañana siguiente don Alonzo le pregunto a su sirviente por el paradero de Doña Sol, que aunque en un principio muchos de ellos se negaron a decirle lo que sabían, fueron más poderosas las amenazas del conquistador, quien ya enterado del paradero de doña sol, se apresuro para ir arrebatarle sus hijos. Doña sol alertada por una de sus sirvientas trato de escapar de la persecución de su esposo, le fue imposible los caballos se acercaban sus hijos estaban cansados y en medio de la mayor de las angustias, ella tomo la peor de todas las decisiones. Cuando Don Alonzo llego hasta el refugio de Doña Sol tan solo encontró los cuerpos sin vida de su esposa y de sus hijos, en su desesperación Doña sol había dado muerte a sus dos pequeños y se había suicidado.
Y desde aquella noche en la ciudad volvió a oírse aquel grito desgarrador que los mexicas escucharon el día que llegaron los españoles, fue el mismo grito ¡Hay mis hijos! que persiguió a Don Alonzo durante muchos años hasta que el mismo puso fin a su vida.