La leyenda de Eco y Narciso nos cuenta acerca de la ninfa Eco, quien era utilizada por Zeus para distraer a la
diosa Hera mientras el escapaba con sus amantes. Cuando Hera se enteró que Eco utilizaba sus palabrerías para distraerla la castigó con la maldición de no poder decir nada, solo podía repetir la última palabra de quien le hablara. De la vergüenza, Eco se fue a esconder en una cueva y no salió más. Narciso era un apuesto joven, que tenía una maldición de nacimiento, le habían predicho que si miraba su reflejo en el agua moriría. Un día Narciso paso cerca de la cueva por donde estaba Eco, ella lo vió y se enamoró de el al instante, comenzó a seguirlo hasta que él se percato de su presencia, al ver que solo podría repetir la última palabra que decía Narciso se burló de ella y se fue. Eco avergonzada corrió hasta la cueva en la que se escondió para no salir nunca más. Némesis al ver esta injusta escena infundio en el joven una sed insaciable, por lo que Narciso corrió hasta el rio más cercano para beber, pero al ver su reflejo quedó perplejo por su belleza, se enamoró de sí mismo y al intentar acercarse a su reflejo callo al rio y se ahogó.