En india, entre Jaipur y Delhi, en el estado de Rajastan,
La ciudad se organiza en torno a un palacio situado en un valle protegido por dos fortificaciones interiores, separado de la ciudad por una muralla con cinco puertas. Destacan en ella los templos dedicado a Krishna y Shiva, a si como numerosos habléis, nombre dado a las mansiones privadas de aquellos tiempos.
Cuenta una antigua leyenda sobre su fundación, que la ciudad fue maldecida por el gurù Balu Nath, a quien le disgusto su emplazamiento en ese espacio. “¡cuando me toquen las sombras de sus palacios esta ciudad abra de desaparecer!” amenazo. Una construcción hizo sombra sobre el retiro del místico y la advertencia se cumplió. Otra historia narra que la población fue condenada por el mago Singhia, decepcionado por no realizar su amor con Ratnavati, una joven y hermosa doncella.
A partir de estas historias comenzó a decirse que el pueblo estaba habitado por fantasmas y el rumor ha llegado a nuestros días. A la entrada hay una advertencia del departamento de arqueología de india que amenaza con acciones legales a quienes intente regresar al yacimiento después del ocaso y antes del amanecer. Por sugerente que parezca podría tratarse de una simple precaución para evitar el vandalismo.