Esta historia cuenta como un hombre que vivía en Tampamolón
El hombre prefería quedarse en su casa, aunque algunos primos le explicaban que más que una festividad era un deber el honrar a los muertos, pero él se negaba rotundamente porque pasaba de estas cosas y no le veía sentido.
Al llegar ese día, intentó salir antes de trabajar, simplemente para no encontrarse con nadie que le volviera a repetir lo mismo que sus primos, que si es un deber, tal y cual, total que de pronto vio como mucha gente estaba en fila y llevaban ramos de flores en la mano, pensó que eran los vecinos del pueblo, sin embargo vio que estaba su padre y su madre, algo que le hizo sorprenderse gratamente. Desde ese mismo día es un ciudadano más que celebra el día de todos los santos, por miedo y por respeto.