El niño del cuarto piso

– Este hecho es real y ocurrio en uno de los edificios ubicados en la avenida López Mateos.

Eduardo: ya es muy tarde ya son más de las once y tengo hambre

Mónica: ya voy mientras ve al elevador ahí te alcanzo
Mónica: Ahora si ya vámonos
Eduardo: oye Mónica que le oprimiste a esta cosa esta subiendo y se supone que vamos a la planta baja
Eduardo: yo no hice nada
Adema es rarísimo se supone que el cuarto piso esta cancelado y no podemos estar subiendo
Eduardo: pues esta cosa esta subiendo

Eduardo: ¿escuchas eso?
Mónica: Es un niño, mejor ya vámonos a lo mejor es el hijo del velador
Eduardo: Como crees que a su edad tenga hijos tan pequeños, pero es que te repito este piso esta clausurado no hay nadie, es más déjame ir a ver
Mónica: no Eduardo no vayas,
Eduardo: caray ni aguantas nadas nada ya vámonos, ya vez ahora si va para abajo el elevador

– Cuando los jóvenes salieron del ascensor se encontraron con el velador de la planta baja,

El niño del cuarto piso

Eduardo: Buenas Don chuy, ya lo están esperando allá arriba
Don chuy: Buenas noches jóvenes ¿pero que dice?
Mónica: lo que pasa es que en el cuarto piso que esta abandonado, se escucha la voz de un niño
Don chuy: ha ya se así que a ustedes les toco escucharlos
Mónica: ha entonces usted ya sabe quien es ¿lo conoce?
Don chuy: Pues tanto como conocerlo no, mire es que es el espíritu de un niño que vive en este edificio desde hace mucho tiempo
Mónica: y lo dice así tan tranquilo
Don chuy: Huy señorita yo ya estoy acostumbrado, en este edificio pasan cosas muy extrañas, yo que ustedes ya no me quedaba a trabajar porque puede que un día ya no le escuchen a lo mejor y un día lo ven.

– Eduardo siempre en busca de respuestas lógicas con el tiempo investigo lo sucedido, aparentemente las risas eran de un niño que hace años cuando pasaba por la avenida López Mateos, jugaba con una pelota la cual accidentalmente se le fue de las manos y fue a dar al sótano de ese edificio, uno de los guardias escucho un ruido.

– Esa misma noche Eduardo le contaba lo sucedido a Mónica

Eduardo: como vez lo que paso, el caso es que el oficial le disparo aquel niño pensando que era un ladrón o algo por el estilo.
Mónica: Caray ya se nos hizo tarde otra vez, ya vámonos pero ahora si espérame no.
Mónica: escuchaste eso, vámonos ya pero por las escaleras, no vaya ser que el elevador nos lleve para el cuarto piso
Eduardo: mejor vámonos

– Cuando estaban apunto de bajar las escaleras escucharon muy de cerca las risas de aquel niño y una pelota que votaba hacia ellos por los escalones desde el cuarto piso

Eduardo: Mira eso

– Desde los escalones llego hasta sus pies una pequeña pelota de plástico en las cual se observaban las pequeñas manos de aquel niño marcadas con quemaduras Eduardo y Mónica jamás regresaron a trabajar a ese lugar, cuando nos contaron esa historia nos comentaron también que esa pelota aún existe y que la gente que trabaja en ese edificio cuando se quedan tarde escuchan en el cuarto piso cosas extrañas

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