El señor del veneno. Cuenta la leyenda que don Fermín era un hombre rico y
Un día otro de los hombres ricos de la ciudad el cual le tenía rencor a don Fermín porque era querido por las personas, decide envenenarlo, le manda un pastel con un veneno que actuaría después de unos días. Don Fermín sin saber sobre el veneno se come el pastel y a los pocos días comienza a sentirse mal, aun así acude a la iglesia y al terminar de rezar se levanta y besar los pies del crucifijo, al hacerlo estos se vuelven negros. El crucifijo había adsorbido el veneno del cuerpo de don Fermín salvándole la vida.