Leyendas de terror reales

Leyendas de terror realesLa cueva del diablo. En el estado de Morelos existe una cueva la cual se traga

a los hombres y nunca más vuelven a salir, un día, la curiosidad por saber si era cierto un hombre decidió ir en busca de aquella cueva, cuando llego al pueblo cercano nadie quería darle direcciones, no querían hacerse responsable de aquel hombre.

No se dio por vencido y continuo buscando alguien que le dijera como llegar aquella cueva, después de un tiempo por fin encontró un hombre anciano que le dijo por dónde tenía que buscar, rápidamente el hombre salió en busca de la cueva, solamente acompañado de su fiel perro.
El hombre después de un tiempo logro encontrar la cueva, al hacerlo comenzó a sentir como algo lo jalaba a su interior, sin poder hacer nada el hombre simplemente comenzó resbalar hacia la cueva, cuando su perro se dio cuenta comenzó a ladrar, cuando lo hizo aquello que jalaba al hombre por fin lo libero, en ese momento el hombre salió corriendo junto a su perro. Cuando llego al pueblo todos quedaron sorprendidos al ver que había regresado.

Niña del columpioLa niña del columpio. En los parques de Nayarit aparece una niña la cual murió hace mucho tiempo al estar jugando sola en uno de los parques, una de esas apariciones ocurrió hace algunos años cuando dos niñas de 8 años jugaban en un parque, ya era de noche pero como esa zona de la ciudad era muy segura sus padres les permitían jugar aun de noche.

Cuando ya era un poco más tarde, ambas niñas se dieron cuenta que en uno de los columpios había una niña sola con un vestido blanco, las niñas no temiendo interrumpieron su juego para ir a invitarla a jugar con ellas, cuando llegaron con aquella niña esta volteo su cabeza por completo, cuando esto sucedió ambas niñas salieron corriendo. Con el tiempo no faltaban los curiosos que fueron al sitio a intentar ver aquella niña, después de un tiempo pensaron que solo había sido la imaginación de las niñas, pero cuando unos jóvenes curiosos se encontraban en uno de los parques, comenzaron a notar como uno de los columpios se movía solo.

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